El ritmo de vida actual afecta a adultos y niños por igual. Ansiedad, estrés, falta de concentración… Gracias al yoga podemos mejorar estos estados perjudiciales que afectan a la convivencia familiar, al rendimiento escolar y a las relaciones personales.
Cuando se trata de niños, realizamos las sesiones a través de juegos, cuentos, bailes y canciones adaptadas a la edad de cada uno, fomentando así la creatividad y la imaginación. Mientras crecemos juntos, los padres conseguimos todos los beneficios del yoga y los pequeños aprenden a conocer su cuerpo y sus emociones.